La rentabilidad de una comunicación eficaz
Qué mejoramos cuando mejoramos la comunicación en una empresa?
Mejoramos el clima laboral, mejoramos las relaciones interpersonales, la eficiencia y eficacia de los procesos, el trabajo en equipo y muchas cosas más que sabemos que impactan fuertemente en la organización, pero son muy difíciles de medir.
O quizás sí se pueden medir?
Vamos a hacer un ejercicio práctico donde tú – si, tú, como lector partícipe – tendrás que elegir al menos 3 situaciones con las que más te identifiques, o si no te identificas con ninguna, busca tus propias situaciones (porque créeme, existen muchas más de 3) donde un problema de comunicación ha causado pérdidas económicas tangibles.
Esta es la parte triste, pero prometo que más adelante se pondrá todo más alegre.
El listado es el siguiente, y proviene de situaciones de la vida real:
- Me dieron una orden y trabajé todo el día en algo que finalmente no era lo que se necesitaba. Esto se traduce en un día de trabajo completamente perdido.
- Di la orden de despachar un producto a una sede, pero llegó a otra.
- Al terminar un evento, dos personas pagaron el mismo consumo (se duplicó el pago) y se dieron cuenta del error cuando ya era demasiado tarde. Pagaron el 200% del valor del consumo.
- Despidieron a alguien por una confusión. Alguien que no debía ser despedido.
- Renunció alguien de la empresa. Alguien muy competente, pero que se fue molesto porque no fue escuchado (aunque nosotros creamos que sí lo fue).
- Entregaron un producto erróneo – o en fecha errónea – a un cliente.
- Perdiste a un cliente por un mal entendido (aunque hayas tenido la razón).
- Una orden que diste nunca fue recibida, por lo que el trabajo no fue realizado, o al menos no fue realizado de la forma que lo esperabas.
- Alguien a quien le diste una orden te dijo que entendió perfecto, pero hizo algo totalmente diferente a lo solicitado.
- Quedaste de ir a una reunión con alguien, pero ambos creyeron que era en la oficina del otro, por lo que a la hora acordada, ninguno estaba donde se suponía.
Estas son las primeras experiencias que se me vienen a la cabeza cuando pienso en el impacto económico de los problemas de comunicación.
Ahora, calcula el costo hundido con la siguiente fórmula:
[(sueldo/días trabajados del mes x cantidad de días perdidos) + (valor promedio aportado a la empresa x día de trabajo) + (costos extras incurridos en el error)] x cantidad de errores de comunicación en el año
Entre los costos de los ejemplos están:
- Gastos de bencina extra
- Indemnizaciones por despidos
- Costos de reclutamiento y selección adicionales
- Inducciones adicionales
- Capacitaciones adicionales
- Demandas
- Potenciales ventas perdidas
- Clientes completos perdidos
- Riesgos físicos, psicológicos y económicos innecesarios
Ya lo calculaste?
Yo tampoco. La sola idea de calcular los costos que jamás recuperaremos suele ser una tarea agobiante e innecesaria. Pero la verdad es que, si queremos, se puede volver una de las mejores decisiones que tomemos como administradores de empresas.
Si has sacado cálculos sólo con esto, espero que además de espantarte -debiéramos espantarnos, verdad? – también estés planteando considerar como prioridad medir las brechas de comunicación que existen entre todos los colaboradores de la empresa.
La verdad es que -y aquí viene la solución, la alegría que estábamos esperando- todo esto se puede cambiar y mejorar de manera importante para un futuro más eficaz, seguro y rentable.
Te imaginas disminuyendo esos costos a la mitad? Te imaginas disminuyendo ese riesgo innecesario?
Mide primero, para luego obtener las herramientas necesarias para el mejoramiento de esta competencia transversal. Puedes mejorar a través de un curso de capacitación (o mejor aún, un plan sistemático de capacitación) que tenga que ver con la comunicación; o un coaching especializado.
Si lo piensas para ti, ya es hora de empezar a preocuparse de estos temas que pueden ayudarte a cumplir tus metas y disminuir costos emocionales, de tiempo y dinero.
La comunicación es una competencia mucho más importante de lo que creíamos, verdad?
Tienes un ejemplo que puedas compartir?
Para tu tranquilidad, siempre puedes decir que le pasó a un amigo, o en una empresa anterior en la que trabajabas.
Lo importante es compartir la experiencia.